En la noche del lunes falleció a los 70 años de edad Niki Lauda, tres veces campeón de la Fórmula 1 y uno de los pilotos que marcaron al automovilismo mundial a un nivel de quedar dentro del consciente de la sociedad a nivel mundial.
A los 70 años murió Niki Lauda. El que muchos vimos de niños como personaje de animé en Gran Prix y que en el cine fue encarnado por Daniel Brühl en Rush de Ron Howard. pic.twitter.com/bf8BpQYT6w
— Daniel Olave (@todo_cine) 21 de mayo de 2019
Oriundo de Viena y proveniente de una familia de clase alta que nunca aprobó su pasión por el automovilismo, el joven Lauda tuvo que luchar para poder continuar con su carrera de piloto que partió en los años 60s, compitiendo en competencias de subida de montaña, Fórmula Vee y Fórmula 3 para finalmente dar el salto profesional y competir en la Fórmula 2.
Sin el apoyo de su familia, Lauda logró que el banco Romerquelle le diera un millonario préstamo con altos interés para poder correr con el equipo March en la entonces categoría antesala de la Fórmula 1. Para 1971 estaba corriendo en Fórmula 1 con el equipo March como piloto de pago. En 1973 firmó por el equipo BRM y nuevamente tenía que pagar para correr con el equipo, ahí compartió equipo con Clay Regazzoni, el piloto suizo lo recomendó con Enzo Ferrari y en 1974 pasó a ser piloto de la Scuderia.
En su primer año como piloto de Ferrari ganó el Gran Premio de España en Jarama, su primera victoria en Fórmula 1 y terminó cuarto en el campeonato con 38 puntos.
Al año siguiente logró el primero de tres campeonatos del mundo, cinco victorias en Mónaco, Bélgica, Suecia, Francia y Estados Unidos fueron suficientes para ser campeón. Según él fue «un año increíble».
1976 fue el año en donde la figura de Lauda tomó otro nivel por dos razones, su lucha por el campeonato del mundo ante James Hunt con McLaren y por ese accidente casi fatal en Norscheiffe que lo dejó al borde de la muerte con más del 50% de su cuerpo quemado.
Con la ayuda de Guy Edwards, Brett Lunger y Arturo Meratzio pudo salir de la maltrecha Ferrari 312T2. Aunque nunca perdió la conciencia, pronto se pudo ver la gravedad de sus lesiones. Los gases tóxicos producidos por el combustible y la fibra de vidrio de la carrocería de la Ferrari destruyeron sus pulmones y contaminaron su sangre. Las altas temperaturas terminaron derritieron su casco, causándole graves quemaduras en su rostro que cambiaron su apariencia para siempre.
Tras un periodo en estado de coma, cirugías reconstructivas en su rostro y piel, el austriaco hizo su regreso seis semanas después después para el Gran Premio de Italia en Monza a bordo de un tercer auto de Ferrari. Terminó cuarto, sumando tres puntos que lo pusieron de vuelta en la lucha por el campeonato, el cual estaba siendo reducido por James Hunt quien aprovechó su ausencia para acortar las diferencias. No obstante para Monza, Lauda aún era líder del campeonato con una ventaja de 23 puntos y tres carreras restantes.
Para la última carrera en Japón, Hunt estaba a tres puntos del austriaco. Bajo una torrencial lluvia que demoró en dos horas el inicio de la carrera se dió inicio a la definición, la cual Lauda abandonó tras completar dos vueltas porque las condiciones no eran las adecuadas para correr, era una locura. Fue una decisión justificada que con el tiempo se volvió admirable. El piloto rayó la cancha, tomo sus cosas y se fue a casa.
Hunt terminó tercero tras remontar en las vueltas finales debido a un neumático pinchado que lo dejó momentáneamente fuera de la zona de campeonato, finalmente llegó tercero y sumando los puntos suficientes para llevarse el campeonato por un punto.
Esa rivalidad entre los dos pilotos con personalidades diferentes; el playboy y el piloto meticuloso se llevó a la pantalla grande con «Rush», película dirigida por Ron Howard y que terminó siendo un éxito de taquilla. En lo que ha sido una de las mejores películas de automovilismo del cine moderno.
En 1977 logró su segundo campeonato con tres victorias y que terminó con él siendo despedido de Ferrari en la antesala al Gran Premio de Canadá, carrera en donde irónicamente logró el título.
Se retiró por primera vez del automovilismo a finales de 1979 tras su paso por Brabham en donde ganó el Gran Premio de Suecia con el Brabham BT46B, el cual tenía instalado un ventilador gigante en la parte trasera para producir una cantidad dantesca downforce.
Para el Gran Premio de Canadá de 1979 anunció su repentino retiro durante las prácticas libre del día viernes. Tomó sus cosas y se fue, dejando al argentino Ricardo Zunino como su reemplazante de improvisto.
En la década de los 80s, Lauda incursionó en el negocio de las aerolíneas, creando la suya en 1979 bajo el nombre de Lauda Air. Su emprendimiento casi lo dejo en la bancarrota y lo obligó a volver a la Fórmula 1, esta vez con McLaren y con un jugoso contrato que un inicio era por solo cuatro carreras.
El regreso de Lauda estuvo marcado por la guerra entre la FISA (ente rector del automovilismo) y la FOCA (Asociación de Constructores de la Fórmula 1) que llevó a una huelga de pilotos, la cual él encabezó y donde los pilotos estuvieron parapetados en el hotel hasta el día previo a la carrera cuando el presidente de la FISA Jean Marie Balestre logró una breve paz.
En 1984 ganó su tercer y último campeonato del mundo por medio punto ante su compañero de equipo Alain Prost. Finalmente en 1985 se retiró de manera definitiva, su última victoria, la número 25 ocurrió en Zandvoort, Holanda.
Alejado de las pistas, Lauda se dedicó tiempo completo a administrar su aerolínea, la cual tuvo su momento más difícil en mayo de 1991 cuando el Boeing 767 de su compañía aérea se estrellara en la selva tailandesa matando 223 pasajeros.
Lauda viajó desde Austria a Tailandia para investigar por su cuenta las causas del accidente, descubriendo una falla en la activación del sistema de empuje inverso del avión que lo hizo entrar en pérdida.
El austriaco tuvo encontronazos con Boeing para poder demostrar que su teoría estaba correcta hasta que finalmente la compañía de aviones estadounidense admitió el error e hizo cambios en el diseño de las turbinas de sus avión.
En el año 1999 vendió su aerolínea a Austrian Airlines, mientras seguía ligado a la Fórmula 1 como comentarista de la TV alemana y con roles directivos en Ferrari durante los inicios de la década de los 90s y con Jaguar a inicios del siglo 21.
Él junto a Ayrton Senna, Michael Schumacher y Gerhard Berger fueron los que reformaron la Asociación de Pilotos de Grandes Premios, a consecuencia de la trágica muerte de Roland Ratzenberger en Imola 1994. La GPDA (por sus iniciales en inglés) fue reformada en mayo de ese mismo año, casi dos semanas después de la muerte de Senna, uno de los pilotos que ayudó a su reformación.
Desde 2012 estaba ligado con el equipo Mercedes con un rol no ejecutivo, pero que aún así era parte de la toma de decisiones dentro del equipo alemán y que lo tuvo presente en la mayoría de los GP de Fórmula 1. Junto a Ross Brawn fueron los que negociaron la llegada de Lewis Hamilton al equipo para la temporada 2013. Actualmente el piloto inglés ha ganado cuatro campeonatos del mundo con «las flechas de plata».
Lauda hizo las cosas a su manera de principio a fin y con mucha resiliencia que tuvo desde joven luchando con su familia para convertirse en piloto profesional y que le terminó costando tener su nombre en un millonario testamento, a tener encontronazos con Enzo Ferrari que terminaron con él fuera del equipo cuando ganó su segundo campeonato del mundo con Ferrari, a tener encontronazos con Boeing con el fin de probar de que ellos estaban equivocados y mostrar que por una negligencia del gigante aeronáutico 223 personas perdieron sus vidas.
Se va un gran tipo.
El Otro Lado de las Carreras 
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