Gil de Ferran, bicampeón de CART y ganador de las 500 millas de Indianápolis falleció ayer en Miami a la edad de 56 años de un aparente paro cardiaco mientras junto a su hijo Luke corriendo autos en una pista privada.
Nacido en París, Francia, de padre francés y madre brasilera, se mudó a Brasil con tan solo cuatro años de edad. A finales de la década de los 80s dio inicio a su carrera como piloto compitiendo en el campeonato local de Fórmula Ford, logrando el título en 1987.
Iniciando la década de los 90s abandonó sus estudios de ingeniería para embarcarse de lleno a su carrera profesional, asentándose en Inglaterra para competir en la Fórmula 3 británica de la mano del equipo de Paul Stewart, ganando el campeonato en 1992.

Sin oportunidad de llegar a la Fórmula 1, pese a haber probado con Williams y Footwork entre 1992 y 1993. Para mediados de la década decidió emigrar nuevamente y competir en los Estados Unidos en IndyCar, categoría que estaba en su periodo dorado, pero ad portas de entrar en su periodo más turbulento con la guerra civil que tuvieron con la Indy Racing League de Tony George.
En sus primeras temporadas corrió para el equipo de Jim Hall, uno de los personajes más historicos del automovilismo de monoplazas en los Estados Unidos a bordo del recordado «Submarino Amarillo» con el patrocinio de Pennzoil y logrando su primera victoria en el final de temporada en Laguna Seca 1995.
En su segundo año ganó en el aeropuerto de Cleveland para dar el salto al equipo de Derrick Walker a partir de 1997 con otra recordada decoración de la mano del patrocinio de Valvoline. En su primera temporada con el equipo terminó segundo en el campeonato detrás de Alex Zanardi, pese a no ganar alguna carrera, pero si logrando resultados consistentes.
1999 fue el año en donde las cosas empezaron a cambiar, ganando en Portland y firmando para el equipo de Roger Penske para la temporada 2000, siendo parte del plan de resurgimiento del equipo del capitán junto a Greg Moore. No obstante, el piloto canadiense perdió la vida en el final de temporada en Fontana, California.
Por las fuertes presiones de Marlboro, Penske firmó a Helio Castroneves en tiempo récord para ser compañero de equipo de Ferran. Ocho años después ese contrato sería una de las piezas que casi llevó a Castroneves a la cárcel por evasión fiscal.
Ya con Penske, de Ferran logró dos campeonatos a base de consistencia, victorias en momentos claves e hitos como fue lograr la victoria N°100 al capitán en el extinto óvalo de Nazareth en el año 2000. Como también batir el récord de velocidad dentro de un circuito cerrado en Fontana al hacer una vuelta que promedió las 241,428 mph (388.540 km/h).
Con CART teniendo los días contados, Penske tomó sus cosas y emigró a la Indy Racing League junto a sus pilotos, pese a los intentos de Honda de retener a de Ferran para ponerlo en un auto y defender el campeonato. Su paso en la categoría se resume en siete victorias y dos campeonatos.
En su primer año compitiendo a tiempo completo en la IRL terminó tercero, logrando dos victorias en los óvalos de Pikes Peaks y Gateway, pero teniendo un final abrupto de temporada tras accidentarse en Chicago, sufriendo una conmoción cerebral que lo dejo fuera para el final de temporada en Texas.

2003 fue un año de altos y bajos que partió con una fractura de espalda tras chocar en Phoenix con Michael Andretti y que lo dejo convaleciente por el resto de la temporada. No obstante, y a pesar de las lesiones ganó la Indy 500 de ese año, dándole a Penske el triple de victorias en sucesión tras el doblete logrado por Castroneves en el 2001 y 2002.
El piloto franco brasilero colgó el casco una vez finalizado esa temporada, yéndose con la frente en alto, ganando su última carrera en Texas para finalizar su paso en la categoría con cinco victorias, mientras un joven Scott Dixon celebraba su primer campeonato.
Ya retirado, hizo de todo desde comentarista de las transmisiones de IndyCar en ESPN/ABC, editor de la revista RACER, a dirigir equipos como le ocurrió en el 2005 con Honda en Fórmula 1 entre 2005 al 2007. Posteriormente fue dueño de equipo en la American Le Mans Series e IndyCar, como también ser integrante del proyecto ICONIC que culminó en la introducción del Dallara DW12 en 2012.
Desde 2017 estuvo trabajando con McLaren junto a su amigo Zak Brown, primero como consejero para el regreso del equipo a la Indy 500 con Fernando Alonso y que lo llevó a tomar el rol de director del equipo de Fórmula 1 tras la renuncia de Eric Boullier en 2018.
En 2019 le tocó dar la cara por el equipo tras el rotundo fracaso que tuvieron con la no clasificación para la Indy 500 de ese año en lo que fue una comedia de errores que culminaron en la creación del Arrow McLaren, la filial estadounidense que compite actualmente en IndyCar con Pato O’Ward, Alexander Rossi y David Malukas como sus pilotos.
Este año regreso nuevamente a Fórmula 1 como consejero de McLaren para su proceso de reestructuración.

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