Hace unos días ví en Netflix “Conan Sin Fronteras”, un especial del comediante Conan O’Brien que hizo para su Late Night Show homónimo. El ex guionista de Los Simpson ha viajado a múltiples países alrededor del mundo para conocer sus culturas, tradiciones, comer, hacer apariciones en películas, series, novelas, vídeos musicales ,etc. Uno de los destinos del programa fue Corea del Sur, en donde conoció el idioma, la cultura, el K-Pop y mucho más.
Mientras veía el programa me empecé a acordar del gran premio de Fórmula 1 que hubo en ese mismo país, el cual se realizó entre los años 2010 al 2013 en el Circuito de Yeongam. Dicho circuito estaba ubicado a casi 400 kilómetros de Seúl. Su primera edición tuvo como ganador a Fernando Alonso, en lo que fue una carrera marcada por la lluvia, el barro, la oscuridad, en un circuito que apenas llegó a cumplir con los requerimientos de la FIA y que en los descuentos recibió la aprobación por parte del ente rector del automovilismo mundial para que el gran premio pudiera tomar lugar tras los múltiples retrasos en la construcción de la pista.
La Fórmula 1 en Corea del Sur fue un fracaso absoluto con un circuito que ofrecía poco en cuanto a acción en pista, que estaba en medio de la nada lo cual hizo difícil para que el público llegase y que fue un gran desafío logístico para el contingente de la Fórmula 1 en su momento debido a la poca conectividad entre el circuito y las grandes ciudades dentro del país.

Terminó siendo el despilfarro de un proyecto extremadamente ambicioso que costó 375 millones de dólares y cuyo fin era poner a una provincia alejada del ajetreo de Seúl a los ojos del mundo con un circuito para la Fórmula 1 que terminó convirtiéndose en un “elefante blanco”, tal y como ocurrió con el Istanbul Park en Turquía y el Circuito Internacional de Buddh en India.

Su legado fue un hoyo económico para los organizadores de la carrera, con polémicas en cuanto al financiamiento público que recibió la pista por parte del gobierno regional y que no hizo mucho para la cultura motorsport del país de forma inmediata. Aunque el mayor fracaso comercial para la categoría y los organizadores fue que las grandes compañías coreanas como Samsung, Hyundai no mostraron interés en promocionar sus marcas en la carrera. A excepción de LG, pero durante esos años la compañía de electrodomésticos coreana era un aliado comercial de la Fórmula 1.

Casi cinco años han pasado desde la última vez que vino la categoría a Corea del Sur y la expansión asiática que ha tenido la Fórmula 1 sigue en marcha con Vietnam siendo el destino más reciente, con un GP confirmado para 2021 y que tomará lugar en las calles de Hanoi.
No obstante, la carrera en Vietnam no fue un objetivo trazado por Liberty Media, sino que por Heineken, uno de los auspiciadores globales de la Fórmula 1. La marca de cervezas holandesa desea que haya más carreras en la región del asia pacífico. Por el otro lado, Vietnam siempre se ha caracterizado por un país de motos, aunque eso ha ido cambiado en los últimos con el mercado automotriz teniendo un alza del 38% durante la segunda mitad del 2017.
A pesar del positivismo automotriz y el fuerte entusiasmo por parte de Heineken, Vietnam debe estar consciente de que pueden terminar igual que Corea del Sur, con una carrera que terminó siendo no rentable, extremadamente cara y con pobre asistencia de público. Es una apuesta riesgosa para Vietnam que puede terminar causando más daños que éxito. Solo el tiempo dirá si será o no uno de los grandes eventos dentro del país del sudeste asiático.
El organizar eventos masivos en asia es más complicado de lo normal debido a la logística y al mercado, en donde hay un choque cultural demasiado fuerte y una débil fanaticada para sustentar el evento. La Fórmula 1 en Corea del Sur se podría describir como una desconexión entre el público local y la categoría. Un claro ejemplo fue que muchos coreanos pensaron que la F1 estaba relacionada con el K1, una competición de Artes Marciales Mixtas altamente popular en el continente asiático.

En parte el automovilismo apacigua ese choque de culturas, pero que no terminó siendo en el caso de Corea del Sur. Actualmente la cultura motorsport en surcorea va creciendo de a poco, con un auge en competencias locales y de clubes de autos que se han formado mediante las redes sociales que ha llevado a reunir miles de personas en todo el país.
Mientras extraño que haya un GP de Fórmula 1 en Corea del Sur, los motivos de dicha nostalgia son más bien culturales y por el atractivo que tiene el país, el cual se vio altamente influenciado por el especial de Conan O’Brien que ví en Netflix hace unos días atrás que por lo visto en pista durante esos cuatros años de Fórmula 1.