Jutta Kleinschmidt, la “Reina del Desierto”

Seguimos en modo Dakar y, retomando la serie sobre mujeres y automovilismo. Hoy hablaremos sobre una que hizo historia en la prueba africana, siendo la primera (y hasta el momento única) en lograr la victoria. Estamos hablando de la alemana Jutta Kleinschmidt. 

Kleinschmidt nació el 29 de agosto de 1962 en Colonia (Alemania), en el seno de una familia de clase media-baja. Estudió física en Isny Polytech y trabajó durante 6 años en el Departamento de Desarrollo e Investigación de BMW. Pero desde joven su gran pasión fue la aventura, así que en 1987 compró una moto rota, la cual desarmó y preparó ella misma para participar aquel mismo año en el Rally de los Faraones en Egipto. 

Jutta Kleinschmidt preparando su moto en su departamento.

Tras participar en varios rallyes, debutó en el Dakar en 1988 de la manera más amateur posible. Como no tenía el dinero suficiente para pagar un mecánico, ella misma tenía que hacer las reparaciones de su moto una vez terminaba cada etapa. Lamentablemente tuvo que abandonar.


No volvería a participar hasta 1992, donde los resultados llegarían, logrando la victoria en la categoría femenina y el 23° puesto en la general a bordo de una BMW. Dicha victoria en la categoría femenina la repetiría en 1994. Sin embargo, en 1993 cambiaría las dos ruedas por las cuatro. Todo comenzó tras conocer a Jean-Louis Schlesser, piloto francés campeón del mundo de Sport-Prototipos en 1989 y 1990, y que empezaba su aventura en los rally raid. La pasión de ambos por el deporte motor los unió en una relación. Kleinschmidt comenzó de navegante de Schlesser, debutando como piloto en 1994 a los mandos de un buggy del equipo del francés. En su debut, en el UAE Desert Challenge, logró un brillante 4° puesto, mientras que su pareja logró la victoria.

Kleinschmidt (izquierda), junto a Schlesser (centro)

La alemana siguió demostrando su nivel en los siguientes años, logrando en 1997 ser la primera mujer en lograr una victoria de etapa en el Dakar y la primera en liderarlo. Finalmente terminó en 5° lugar, mostrándose como una rival a tener en cuenta. Su éxito sin embargo, no agradaba a todos.

En 1998, durante la disputa de la prueba africana, fue obligada a detenerse por Schlesser, quien iba detrás de ella en la clasificación y no soportaba verla delante de él. Un comportamiento tan miserable como machista, que no tuvo otro camino que la ruptura de la pareja.


Para 1999, Kleinschmidt fichó por el equipo Mitsubishi para desarrollar el nuevo Pajero (conocido como Montero en Iberoamérica, por motivos obvios). En su primer año con los japoneses logró su primer podio, terminando tercera. En el 2000 fue quinta, logrando a su vez el subcampeonato en el mundial de Cross-Country. En todas esas competencias, el campeón fue Jean-Louis Schlesser.

Para 2001, Mitsubishi estuvo a punto de no renovarle el contrato. Finalmente volvió a repetir con los japoneses, lo que acabaría siendo un gran acierto. El Dakar se desarrolló con los buggys de Schlesser y del español Josep María Serviá, y el Mitsubishi de Hiroshi Masuoka luchando por el triunfo final. Sin embargo, en la penúltima etapa todo daría un vuelco.


Masuoka venía liderando el rally pero, en una maniobra completamente ilegal, los buggys de Schlesser y Serviá se adelantaron y tomaron la salida de la etapa antes que el piloto japonés. Esto fue con el objetivo de tirarle todo el polvo a Masuoka con tal de hacerle perder tiempo y acercarse en la clasificación. Un acto antideportivo en toda regla. 

Masuoka, ansioso de poder adelantar a los buggys, salió por fuera de la pista, con tan mala suerte que rompió la suspensión, perdiendo toda opción de lograr la victoria. Tras el correspondiente reclamo a las autoridades, Schlesser y Serviá fueron sancionados con 2 horas por adelantarse en la salida, lo que le sirvió en bandeja la victoria a Jutta Kleinschmidt. A pesar de los intentos del francés por impugnar la sanción, llegando casi a las manos con los comisarios, la victoria fue ratificada para la piloto alemana.

Jutta Kleinschmidt en el podio del Dakar, haciendo historia

Y así fue como Jutta Kleinschmidt se convertía en la primera y única mujer hasta el momento en ganar el Rally París-Dakar. Eso dolió mucho a Schlesser, quien fue capaz de declarar que la alemana no podía sentirse realmente ganadora, que no debía haber celebrado en el podio y que nunca había ganado nada. Incluso fue capaz de llamar a Mitsubishi para que le retiraran el apoyo. Obviamente el machismo le pesó más que una posible autocrítica por la maniobra tan sucia que realizó para intentar ganar.

Sin dejarse amilanar por los dichos de Schlesser, Kleinschmidt siguió demostrando su nivel, logrando 2 podios más en la carrera africana. un 2° lugar en 2002 y un 3° en 2005, esta última a los mandos de un Volkswagen. Su última participación fue en 2007, con un BMW, esta vez de cuatro ruedas. 

Con los colores de Volkswagen, en 2006

En la actualidad, Jutta Kleinschmidt es delegada de la FIA para los rally raid y se la puede ver intentando transmitir sus conocimientos a otras mujeres que se aventuran en dicha especialidad. De hecho una de sus pupilas, la española Cristina Gutiérrez, logró la victoria en la primera etapa de esta edición del Rally Dakar, siendo la segunda mujer en conseguirlo. Si podrá lograr la victoria final lo sabremos el 15 de enero, pero mientras tanto, Jutta Kleinschmidt sigue siendo la reina del desierto, demostrando que las mujeres están tan capacitadas como los hombres para poder destacar en la carrera más dura del mundo.

Jutta Kleinschmidt junto a Cristina Gutiérrez en el Dakar 2021

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