NASCAR: La influencia australiana en NASCAR

Shane van Gisbergen hizo historia el domingo pasado al ser el primer novato en ganar su primera carrera en la serie mayor de NASCAR en su debut. El tricampeón de los Supercars australiano dio catedra en las calles de Chicago, dándole al Proyecto 91, un Spin Off del equipo Trackhouse su primera victoria desde su incursión el año pasado con Kimi Raikkonen.

Aunque el neozelandés lideró solo nueve de las 78 vueltas de carrera, hizo la vuelta más rápida de la carrera con un tiempo de 1:29.914, sacándole ocho décimas al segundo mejor registro hecho por el Poleman Denny Hamlin de 1:30.763. En lo que fue una de las múltiples acciones a lo largo del fin de semana en donde marcó la pauta junto a su palmarés, su debut, su forma de manejo al correr lo más cerca de los muros, su trabajo en los pedales con el tacón – punta y su remontada final que tuvo iniciando la etapa final desde la posición 18 para superar autos a diestra y siniestra.

La actuación de SVG trajo recuerdos de Marcos Ambrose, bicampeón de los Supercars que corrió en NASCAR entre 2007 a 2014, ganando siete carreras en la serie mayor y Xfinity Series, todas ellas en circuitos, siendo Watkins Glen el lugar donde sacaba a relucir sus talentos. “Si hubiera tenido mejores autos él estaría aun corriendo en la serie mayor y tendría el doble de victorias” dijo en Twitter Kevin Harvick.

“Mucha gente no sabe que uno de los puntos de inicio de nuestro Next Gen Car fueron los V8 australianos” reveló Steve O’Donnell, director de operaciones de NASCAR en la conferencia de prensa post carrera de Chicago. Una comitiva viajo a Australia en 2018 para ver la carrera inaugural de la categoría en The Bend, un circuito ubicado en Australia Meridional.

Ahí O’Donnell y John Probst, jefe del área de desarrollo de NASCAR conocieron a la directiva de la categoría, como también a varios de jefes de equipo para conocer más del éxito de los Supercars en Australia y compartir ideas.

Largada de la carrera en The Bend en 2019. Foto gentileza de Motorsport Images.

“Nos animaron a visitarlos, pasamos mucho tiempo con los equipos, quienes fueron muy generosos. Si no han visto sus carreras, es algo fantástico” destacando además la gran acogida que recibió por parte de los australianos.

Hace un par de años, NASCAR estuvo en la contienda de adquirir la categoría de autos turismo australiana cuando esta fue puesta en venta. No obstante, se bajaron de las tratativas y acabó siendo adquirida por RACE, un consorcio encabezado por el expiloto y comentarista de Supercars Media, Mark Skaiffe.

“Hemos visto nuestro auto de séptima generación y motor, y ver cómo evoluciona con los años. Tiene muchas similitudes (en Australia) con lo que hacemos por lo que creemos que compartir practicas es algo siempre bueno”. – Steve O’Donnell hablando en 2018

Una de las grandes similares entre el auto de séptima generación y el auto de tercera generación es que ambos están basados en Muscle Cars. El nuevo modelo de los Supercars hizo su tan esperado debut esta temporada tras una larga demora debido a los problemas de desarrollo provocados por la pandemia mundial de COVID-19 que llevó a posponer su debut en 2022 para 2023.

Del sedan de cuatro puertas se volvió a los Muscle Car con el Chevrolet Camaro reemplazando el icónico Holden ZB Commodore, iniciando una nueva era para el automovilismo australiano con la marca estadounidense reemplazando a la marca local, la cual ceso sus operaciones a finales del 2020. Mientras que, por el lado de Ford, el S650 Ford Mustang entra en escena como sucesora del S550, el modelo de sexta generación que cesó su producción este año.

El auto de tercera generación fue hecho con el propósito de incrementar su relevación dentro de la industria automotriz y mejorar el espectáculo en pista. Uno de los puntos más destacados es su similitud a los autos que se pueden ver en las calles y concesionarios.

Los niveles de downforce del auto de tercera generación se redujeron en un 70% con el fin de mejorar el espectáculo en pista, priorizando más la habilidad del piloto que el lado mecánico/técnico.

En cuanto a los motores, después de 30 años de uso, el clásico V8 de 5 Litros ha sido reemplazado por motores de ocho cilindros, pero impulsados con un árbol de levas. Con Chevrolet teniendo una sola cámara con capacidad de 5.7 litros con dos válvulas por cilindro.

En tanto que el motor de Ford es de cuatro cámaras con una capacidad de 5.4 litros con cuatro válvulas por cilindro.

En el último tiempo se ha hecho común ver autos de la generación anterior de los Supercars en los Estados Unidos con Penske usando uno para hacer pruebas en circuitos como ocurrió el año pasado en Watkins Glen y recientemente con Richard Childress Racing adquiriendo un Holden VF Commodore utilizado en la Dunlop Series, categoría telonera de los Supercars para realizar pruebas como preparación a las carreras en circuitos.

Meses atrás se confirmó que el equipo de Richard Childress forjó una alianza técnica con Erebus Motorsport, uno de los equipos de punta de la categoría y que según varios expertos podría llevar a que uno de los pilotos del equipo, Brodie Kostecki corra algunas carreras en la Xfinity Series en un futuro cercano.

Dada las restricciones en cuanto a pruebas privadas por parte de NASCAR, algunos equipos han empezado a utilizar Supercars para preparar a sus pilotos para las carreras en circuitos como ya lo hizo Kyle Busch semanas atrás en el circuito de Virginia a bordo del VF Commodore. ¿El motivo? sus similitudes con el auto de séptima generación al correr con caja secuencial, neumáticos de 18 pulgadas y transeje.

Otra influencia australiana presente en NASCAR está en el factor humano con James Small, de Melbourne, Australia siendo el jefe de equipo Martin Truex Jr desde la temporada 2020 en Joe Gibbs Racing. La dupla ha conseguido siete victorias en estas cuatro temporadas que llevan trabajando juntos.

James Small y Martin Truex Jr celebrando la victoria en Dover. Foto gentileza de NASCAR.

Small trabajo ocho años en Supercars, uno de los hitos más destacados en ese periodo fue haber comandado la victoria de Ford Performance Racing en la Bathurst 1000 del 2013 con Mark Wintermbottom y Steven Richards como pilotos.

Small ha estado en los Estados Unidos desde 2014 trabajando con equipos como Richard Childress Racing y Furniture Row Racing en donde fue el ingeniero principal del auto #77 e hizo su debut como jefe de equipo en 2017 por dos carreras con Erik Jones al volante.

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