Bathurst, un circuito espectacular que está en medio de una montaña y con una de las carreras más icónicas del automovilismo mundial como es los 1000 kilómetros de Bathurst, la cual en un inicio era una carrera de sólo 500 millas o 805 kilómetros.

En la década de los 70s, los autos que participan en la entonces conocida como Bathurst 500 eran sedan con limitadas modificaciones que mantenían la misma estructura, asemejándose al mismo modelo que uno podía comprar en el mercado, porque al igual que en NASCAR, la creencia de que si el auto ganaba en pista el domingo iba a venderse el lunes era bastante bastante fuerte.
Para poder competir en la Bathurst 500, se necesitaba un auto sedán que hubiera vendido al menos 200 unidades dentro del mercado australiano. Por lo que la pelea entre Holden, Ford y Chrysler estaba al rojo vivo por tener el auto sedán más veloz de Australia. En lo que era una las cosas que hacía a la carrera de 500 km en una de las competencias más populares del automovilismo en toda Australia.
Ford había ganado las dos ediciones previas de la Bathurst 500 con Allan Moffat al volante del Ford Falcon, que tenía el apodo de “el auto de cuatro puertas más rápido del mundo”. El piloto nacido en Canadá era pieza clave en el desarrollo de los autos estadounidenses que conquistaban el Mount Panorama a inicios de la década.

Para la Bathurst 500 de 1972, las tres marcas automotrices tenían sus modelos listos para atacar la montaña hasta que un articulo publicado en el The Sun Herald cambió todo.
“Balas con ruedas”
El 25 de junio de 1972, a menos de tres meses de la Bathurst 500, el periodista especializado de automovilismo Evan Green publicó un articulo en The Sun Herald de Sidney con el título de “160 MPH SuperCars’ Soon”, el cual terminó en la portada del periódico.
De acuerdo al articulo, las tres marcas automotrices más poderosas de Australia estaban produciendo nuevos modelos de autos sedán que llegaban a una velocidad máxima de 257 km/h con el fin de poder competir en la Bathurst 500. Modelos como el Holden Torana, el Ford Falcon, Chrysler Charger tenían que estar disponibles al público para poder ser elegibles de participar en la gran carrera australiana.
La noticia se esparció como la vegemite en una tostada por toda Australia, llegando a los oídos del ministro de transporte de New South Of Wales, Milton Morris.
“No me importa que los pilotos expertos manejen dichas máquinas en circuitos cerrados, pero el hecho de que la gente común con diferentes niveles de habilidad al volante serán capaces de comprar estas ‘balas con ruedas’ y manejarlos en caminos públicos es alarmante.” – Milton Morris
Una semana después de la publicación del articulo, Morris propuso que los autos fueran prohibidos a nivel nacional, dicha idea fue apoyada por su par de Queensland. En tanto que el gobierno australiano amenazó con no comprar más autos de las tres marcas implicadas si retomaban con la fabricación de dichas máquinas. En esos años, el gobierno compraba autos por montones para “diferentes labores diplomáticas”, por lo que si eso ocurría las consecuencias económicas iban a ser graves.
A finales de junio y en un espacio de tan solo seis días Holden anunció el fin de la producción del Torana V8, acto seguido lo hizo Ford al cesar la producción del GTHO y finalmente, Chrsyler hizo lo mismo con la producción del Charger V8.
Mientras que la Confederación Australiana de Automovilismo; el ente rector de la regulación del Grupo E que permitía la participación de autos sedán en Bathurst anunció una serie de cambios en el reglamento técnico que pusieron fin a la era de los Superautos y que a partir de 1973 dieron inicio a la era del Grupo C. Estos cambios llevaron a que Holden, Ford y Chrysler pusieran fin a sus programas de superautos para la Bathurst 500.
Modelos como el Torana V8 GTR XU-1 nunca vieron la luz, mientras que Ford alcanzó a hacer cuatro Ford Falcon GTHO Phase IV en versión prototipo. En tanto que Chrysler, quienes iban a participar con el modelo Valiant Charger, abandonaron el automovilismo australiano a finales de 1972.

En cuanto a la carrera, Holden trajo al Mount Panorama el Torana XU-1, mientras que Ford siguió con el Falcon pero con su versión de Phase III y con severos cambios técnicos. Solo Chrysler trajo un modelo nuevo, el Charger E49.
Peter Brock ganó su primera de nueve carreras en Bathurst, al año siguiente la carrera pasó a ser de 1000 kilómetros y bajo un nuevo reglamento técnico que ha ido evolucionando con los años.
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