Tras su exitoso debut en el nuevo Nurburgring en el mes de mayo en lo que fue la inauguración de la versión corta del trazado alemán, Ayrton Senna volvió por segunda vez a esa pista para correr los 1000 km de Nurburgring, en lo que fue una carrera válida por el Campeonato Mundial de Resistencia de 1984.
Senna veía en alza tras finalizar segundo en el GP de Mónaco, en una carrera marcada por la torrencial lluvia que cayó en las calles del principado. El entonces piloto del equipo Toleman creyó con creces de que pudo haber ganado la carrera de no haber sido por la suspensión de la carrera en la vuelta 31. Si la actuación de Senna en “la carrera de las estrellas” llamó la atención, lo que logró en Mónaco puso su nombre en boca de todos.
En medio de todo el frenesí de lo ocurrido en Mónaco, Senna recibió una invitación para correr en los 1000 km de Nurburgring por parte de Domingos Piedade, el entonces director del equipo Joest. El portugués tenía contacto directo con Armando Texeira, manager de Senna por lo que las gestiones para correr la carrera fueron relativamente fáciles.
“Reinhold Joest me preguntó cuánto dinero traería el piloto (Senna), pero le dije que iba a tener que pagar por Ayrton, creo que le pagaron 10.000 dólares más gastos”. – Domingos Piedade hablando para Motorsport Magazine
En la década 1980, las carreras de resistencia eran extremadamente populares a nivel mundial con el World Sportscar Championship y la serie IMSA como los máximos exponentes de ese tipo de carreras. Por lo que ver a pilotos de Fórmula 1 competir en carreras de duración como las 24 horas de LeMans no era una rareza del todo. Un claro ejemplo fue el piloto belga Stefan Bellof, quien era piloto de Porsche y que a la vez compitió en Fórmula 1 con el equipo Tyrrell. Bellof terminó tercero en Mónaco y muchos dicen que él pudo haber ganado la carrera, ya que tenía un mejor ritmo de carrera que Prost y Senna.

A bordo de un Porsche 956B del Joest Racing, el brasileño compartió auto con el reciente ganador de las 24 horas de Le Mans de ese año; Henri Pescarolo y el sueco Stefan Johansson, en lo que iba a ser su primera y única experiencia en ese tipo de competiciones.
El proceso de adaptación por parte de Senna partió con dificultades al no saber todas las funciones de la cabina del 956B por lo que sus primeras vueltas a bordo del auto no eran de las mejores a diferencia de sus compañeros de equipo.
Hablando con los medios Senna destacó lo pesado que era el Porsche 956 a diferencia del Toleman TG184 que manejaba en su primer año en la Fórmula 1.
“Es más pesado que un Fórmula 1, pero es mucho más veloz”. – Ayrton Senna
Ya en clasificación, Senna hizo el séptimo mejor tiempo, no obstante el sistema de clasificación del Campeonato Mundial de Resistencia promediaba los tiempos de clasificación de todos los pilotos del equipo por lo que el trío de Senna, Pescarolo y Johansson se clasificó noveno.
“No hablé con él porque no habló conmigo. Yo no recuerdo mucho, excepto cuando se subió al auto y era increíblemente veloz”. – Henri Pescarolo
El feedback dejando por Senna dio hacer una libreta de notas de dos hojas que ayudaron a mejorar el rendimiento del auto para la carrera. “El 956 y 962 siempre tenían sobreviraje y algunos de los cambios que sugirió ayudaron al rendimiento del auto” contó años después Reinhold Joest a Motorsport Magazine.
Al igual que en la carrera del mes de mayo, Senna se enfrentó a una pista mojada, pero que con el paso de los minutos se fue secando. El trío del equipo Joest tuvo un buen inicio liderando las primeras dos horas de carrera, pero problemas con el embrague, pasada la cuarta hora de carrera mandaron al equipo a los garajes durante 15 minutos.

Una vez de vuelta en pista, el trío de pilotos remontó hasta entrar a los diez primeros y finalizar en la octava posición a diez vueltas de los ganadores en el binomio compuesto por Derek Bell y Stefan Bellof a los mandos del icónico Porsche 956 con el auspicio de la marca de cigarrillos Rothmans.
Porsche mostró un inmediato interés en tener a Senna en sus filas y que probará uno de los autos del equipo oficial, pero Ayrton no estaba interesado, aunque le ofrecieran 1.000.000 de dólares como recordó Piedade en Motorsport Magazine.