Opinión: El problema con NASCAR

NASCAR es una de las categorías más populares dentro de América Latina, una mezcla de competitividad, automovilismo, historia y espectáculo es la receta que hace que varios sigan religiosamente sus carreras semana a semana. Para algunos argentinos es un reflejo del Turismo Carretera, aunque las diferencias son abismales entre ambas, una evoluciona con el tiempo, la otra no y sigue congelada en el tiempo con uno que otro retoque.

En este lado del mundo la gente habla de NASCAR como una de las grandes cosas que hay, ya sea por lo que pasa en pista o por sus peleas o sobre el nuevo auto debuta o porqué la categoría tiene un trabajo mucho más serio a lo que ven en sus categorías locales semana a semana. Sin embargo, no todo es un mundo perfecto dentro de NASCAR y solo basta con leer las noticias de los medios especializado para conocer en detalle y relacionarlo con los problemas que ven diariamente en otras categorías a nivel mundial como es con Fórmula 1.

Una claro ejemplo fue lo que paso el pasado fin de semana en Martinsville, una de las pistas más populares del calendario, pero que el sábado por la noche ofreció una carrera deslucida y que dejo a varios buscando respuestas y soluciones.

Históricamente hablando NASCAR ha sido la categoría más popular dentro de los Estados Unidos, siendo la década de los 90s el momento del gran auge, gracias a la expansión nacional que tuvieron y beneficiándose de la guerra civil entre CART y el IMS. La categoría de autos stock se volvió un éxito de taquilla en las tribunas y TV, mientras llegaban a nuevas fronteras y mercados. No obstante, la “gallina de los huevos de oro” se jubiló y pistas como Chicagoland y Kentucky, dos de los grandes mercados de NASCAR a inicios del 2000 están al borde de la desaparición.

Michigan perdió una de sus dos fechas, al igual que New Hampshire, mientras Bristol tiene una carrera en un óvalo convertido en pista de tierra porqué Fox Sports así lo quiso y logró tener la mejor mano ante los equipos en la negociaciones.

A partir del siglo XXI, la televisión se convirtió en la columna vertebral de NASCAR, siendo el salvavidas de varios equipos durante los meses críticos de la pandemia. Desde 1999 que los France empezaron a negociar los nuevos acuerdos de TV con los canales de TV, vendiendo packs de carreras y dejando de lado la práctica en donde los canales negociaban con las pistas para poder transmitir las carreras.

En 1985, NASCAR generaba solo 3.5 millones de dólares por ingresos de TV, más de 30 años después tienen el acuerdo más lucrativo en su historia con Fox Sports Media Group y NBC Sports Group pagando 8.800 millones de dólares por los derechos de televisación de los años 2015 a 2024. Sin embargo, la audiencia de televidentes se han ido a pique de forma progresiva. Si hace menos de 20 años podían entre 20 a 10 millones de televidentes semana a semana viendo las carreras, hoy la norma es de 3.5 millones a 1.4 millones.

Promedio de televidentes por temporada de la serie mayor de NASCAR desde 2014. Información gentileza de Statista.

Con las negociaciones para el nuevo contrato de TV a la vuelta de la esquina, muchos dudan si podrán lograr un aumento en los ingresos de TV. ¿Seguirán Fox y NBC?, ¿Volverá ESPN?, ¿Qué harán con el streaming? son varias de las interrogantes que serán respondidas a futuro antes de 2025.

La gente en los Estados Unidos está dejando de lado las suscripciones de TV paga y adoptando el streaming con YouTube TV, Amazon, Peacock, Hulu tomando la delantera en cuanto a subscripciones anuales. ¿Qué hará NASCAR? Fórmula 1 tiene F1TV, el cual ha sido un éxito pese a los problemas iniciales y a la restricciones de territorio. Además de costarle el acuerdo más lucrativo dentro de los Estados Unidos en la historia de la categoría con NBC en 2017, pero que a la larga llevaron a que de la mano de ESPN, Fórmula 1 batiera récords de audiencia en el país del norte desde 2018 en adelante.

Otro punto hablado está en el espectáculo en pista que NASCAR da al momento de correr en pistas como Daytona, Charlotte, Sonoma, Bristol. Desde 2015 se ha vuelto una tendencia ver como ente rector de autos stock cambia el paquete aerodinamico dependiendo del tipo de pista donde tocaba correr cada fin de semana. Desde 2017 empezaron a poner resina para crear una segunda línea de carrera en varias de sus pistas, pero no ha tenido los resultados esperados.

En cuanto a espectadores presentes en las carreras, Bristol es un claro ejemplo del declive, por más de 20 años tuvieron 55 sell outs seguidos con listas de esperas de al menos dos años de antelación para ver una de los carreras en el óvalo de media milla, llegando a colmar las tribunas con 160.000 espectadores. Hoy y dejando de lado la pandemia, desde 2009 que las tribunas no han estado repletas en capacidad total y con ello las reducciones. La carrera de primavera del 2019 se corrió con menos de 40.000 espectadores presentes.

Michigan paso de albergar más de 100.000 espectadores a tan solo 56.000, Fontana redujo sus tribunas de 92.000 espectadores a 68.000. En su momento más alto Texas llegó a tener tribunas para 150.000 espectadores, hoy son solo de 75.000. Martinsville tuvo como capacidad máxima 65.000 espectadores, hoy es de solo 45.000.

Este año debuto la nueva versión de Atlanta, la cual fue repavimentada, acortada de 16 a 12 metros y aumentó su peralte en las curvas de 24° a 28°, convirtiéndola en un SuperSpeedway tamaño miniatura, pero el punto más hablado fue que nadie le preguntó a los pilotos si querían o no de que hubieran cambios.

“Ojalá que hubieran hablado con nosotros. Creo que a varios de los pilotos nos pilló por sorpresa. Nosotros vamos a poner un buen show sin importar como este la pista, pero somos nosotros los que tenemos más experiencia que los fanáticos, ese hubiera sido mi argumento. He corrido en cientos de pistas diferentes y creo siento que entendemos de mejor forma lo que se necesita para hacer buenas carreras”. – Kyle Larson

En NASCAR hay una guerra entre dos culturas; la del automovilismo y el entretenimiento deportivo, siendo está última la que ha estado ganando terreno en el último tiempo para bien o para mal, depende de que punto de vista uno lo vea.

La falta de comunicación entre pilotos y ente rector es preocupante, algo que es completamente opuesto a Fórmula 1 con la GPDA tomando un rol importante en la discusión de toma de decisiones como se pudo ver semanas atrás con toda la controversia que rodeo al Gran Premio de Arabia Saudita.

La gente habla maravillas de NASCAR, como una de las grandes cosas que existen en el mundo, pero si esas mismas personas se tomaran el tiempo de leer las noticias de la categoría, en vez de quedarse solamente con la lucha de la última vuelta, el choque más espectacular de la carrera o el sonido de los motores V8 y vieran los problemas que tienen semana a semana como toda categoría a nivel mundial. Ser críticos de vez en cuando no hace mal.

Se han corrido ocho carreras de la temporada 2022 de la serie mayor de NASCAR con ocho ganadores diferentes, el 95% de ellos son de los equipos grandes, los cuales tienen el mayor poder de la mano de la Race Team Alliance y uno que es equipo “nuevo” con Trackhouse ganando en COTA, pero aún así no todo es perfecto en la categoría propiedad de la familia France.

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