Opinión: El puto amo

Nadie lo vio venir, ni siquiera se supo se rumores para cuando se hizo el anuncio oficial durante la mañana del lunes. Roger Penske; el dueño de equipo más exitoso en la historia del automovilismo en los Estados Unidos adquirió el Indianapolis Motor Speedway y la IndyCar Series, poniendo fin a 75 años de historia por parte de la familia Hulman.

La relación entre Penske e Indianápolis ha tenido altos y bajos con momentos de gloria como las múltiples victorias en la Indy 500, convirtiéndolo en el equipo más ganador en la historia de la carrera. A momentos como la no clasificación de 1995 y la lucha legal contra Mario Andretti por la victoria de la Indy 500 de 1982 que demoró por meses el nombramiento del ganador oficial y que tras meses de litigio judicial ganó.

Cuando Tony George fundó la Indy Racing League entre los años 1994 y 1995, se guió bajo una serie de principios como tener una categoría costo efectiva con muchos óvalos para mantener la esencia del Open Wheel estadounidense y así atraer a los pilotos de las pistas de tierra de todo el país.

George utilizó de ejemplo el motor Mercedes Benz con el cual corrió Penske para ganar de forma dominante la Indy 500 de 1994 con Al Unser Jr, como el rumbo que no iba tomar la IRL con las astronómicas inversiones en motores que iban a ser utilizados para una sola carrera.

Fue una guerra entre el nieto de Tony Hulman, la persona que rescató la pista tras la segunda guerra mundial y transformó a las 500 millas de Indianápolis como uno de los grandes eventos a nivel mundial. Su nieto quería poner el nombre INDY dentro del concepto de IndyCar en grande ante Roger Penske y cia con CART, la versión estadounidense de FOCA y con la cual administraban los destinos de la categoría de monoplazas tras ganarle la pulseada de poder en manos de la USAC.

En el inicio del conflicto, la ventaja la tuvo CART. Ellos tenían a los pilotos de renombre como Bobby Rahal, Michael Andretti, Paul Tracy, Jimmy Vasser y que decir de los equipos como el mismo Penske, Newman Haas, Team KOOL, Rahal, PacWest, entre otros.

Mientras que la IRL tenía a pilotos desconocidos que en su mayoría venían de las pistas de tierras como en los viejos tiempos. No obstante, el gran plus y gancho para las masas era la gran carrera como son las 500 millas de Indianápolis.

Durante la parte final de la década de los 90s la lucha entre ambas categorías hizo más daño que algo positivo para ambas categorías, aún así la categoría fundada por George empezó de a poco a ganar la pulseada. Para ya ponerse a la delantera a inicios del siglo 21.

La guerra llegó a su fin en 2008 cuando IndyCar se fusionó con ChampCar, aunque más bien la categoría fundada por George terminó absorbiendo los vestigios del Championship Auto Racing Teams/ChampCar, la cual estaba entrando en una fase crítica para su supervivencia con tres millonarios tratando de mantenerla a flote desde 2004.

Penske entró de lleno a la entonces conocida como Indy Racing League en 2002 y ha pasado por los buenos momentos los más malos como equipo y como parte de la categoría. Siendo una de las figuras de autoridad junto a Bobby Rahal, Chip Ganassi y Michael Andretti.

Han pasado 11 años desde el fin de la guerra, pero hemos llegado a la conclusión de que Roger Penske ganó la batalla y ha salido como el gran ganador tras estar en ambos lados del combate, siempre con un gran poder entre sus manos.

Junto a Pat Patrick y Dan Gurney fueron las fuerzas que llevaron a la fundación de CART, mientras que en IndyCar se volvió en uno de los nombres de peso que le hacía frente a Tony George cuando comandaba los destinos de su categoría.

Para 2009, George dejó de estar a cargo de IndyCar y de ser parte de la mesa directiva de Hulman and Co. Gracias al exitoso lobby hecho por sus tres hermanas para sacarlo del poder debido al despilfarro de dinero que hizo al crear y mantener la IRL. Por los siguientes años su único lazo terminó siendo el sanguíneo que tiene con la familia Hulman y que lo trajo de vuelta como director de la empresa familiar.

Por mucha pena que Tony George sienta por vender la categoría y la pista. El es el mayor responsable de todo esto, el culpable de que el IndyCar haya perdido la relevancia nacional que tuvo por décadas. Por culpa suya se perdió a una gran camada de pilotos que nunca logró competir en la Indy 500.

No puedo negar el contexto que llevó a que hiciera su propia categoría, pero las acciones hechas por su parte que llevaron a lo que estamos viendo ahora siguen siendo criticadas hasta la actualidad.

Si la infame «guerra civil» nunca hubiera ocurrido es probable que nada de esto estaría pasando o tal vez sería de otra manera y no con un dueño de equipo comprando el Indianapolis Motor Speedway e IndyCar.

Mientras Tony George está tomando la calle de salida, su gran rival es el nuevo dueño de todo lo hecho por su familia y él. La persona que nunca perdió y que ha ganado en cuanta categoría haya y en los negocios. No por nada, el presidente de los Estados Unidos Donald Trump lo condecoró la semana pasada con la Medalla Presidencial de la Libertad por sus contribuciones al país.

Roger Penske es simplemente el puto amo.